IBOSHIM ARCHEOLOGY

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sábado, 19 de enero de 2013

Pozos vándalo-bizantinos de can Pere Arabí (Sant Jordi de ses Salines, Ibiza).

Jonathan Castro Orellana, Arco Iris Eiriz Vidal, Joan Roig Ribas.

Esta intervención se realizó durante el mes de julio de 2006 en la finca de Can Pere Arabí. Ambas estructuras se encontraban a escasos metros del yacimiento excavado con anterioridad en la misma finca y ya, por aquel entonces, afectado por el proceso de desmonte de la obra del nuevo acceso al aeropuerto de Ibiza. Por ello esbozaremos una pequeña síntesis sobre el yacimiento a fin de contextualizar las estructuras.


Ubicación de los pozos en el contexto del yacimiento de can Pere Arabí.



Can Pere Arabí
El yacimiento se componía de un área doméstica y otra sepulcral:

Área habitacional.
Había tres estancias cerradas (cuatro paredes y un vano de entrada) con orientación NE-SW, de las que se conservaban dos hiladas intercalando sillares de marés, piedra viva y piedra calcárea de grandes dimensiones, estos muros apoyaban directamente sobre la roca natural. En esta zona se encontró un canal de conducción de agua entre dos de las estancias con pendiente hacia el SW, y una zona empedrada que parecía circunvalar la vivienda y comunicar con la zona laboral. 

Además, dentro de una de las estancias se encontró una cavidad natural en la roca utilizada como basurero, el relleno de la cual  (UE-54) pudimos fechar en el VII d.C. 

Pudimos fechar uno de los muros extrayendo de su fosa de cimentación una moneda con la efígie del emperador Antonino Pío (138-161), pero el abandono de las estancias debe fecharse, por el material asociado a los derrumbes, en la antigüedad tardía (ss. VI-VII d.C).

Necrópolis.
Al SW del yacimiento se encontraron 5 tumbas “en cista” con orientación NW-SE: 

Dos de ellas, las situadas más al S., se encontraron adosadas. Su estructura era de losas de marés formando la tumba y cubierta por dos capas: una primera de lajas calcáreas y otra, la más cercana al cadáver de losas de marés. Estas dos tumbas eran hombre y mujer. 

Las tres restantes estaban situadas al NW, respecto de las otras tumbas, siendo de construcción más pobre, sin losas de marés, únicamente con lajas calcáreas. Los individuos de estas tumbas eran dos adultos y un infantil femenino. 

Otros elementos. 
Estancias abiertas (dos o tres paredes) con muros de cantos rodados sin trabajar y de medianas dimensiones que apoyaban sobre el estrato natural de arcilla rojiza, estas estructuras no tiene la suficiente entidad como para considerarlas de habitación debido a su escasa cimentación.

El material asociado a estas estancias son: Cerámica fragmentada de época antigua (salvo una lucerna grabada que se encontró entera), monedas (a destacar un sestercio de época romano-tardía) y clavos. 

La interpretación de esta zona se basa en nuestra idea de la existencia de una zona de talleres relacionada con el almacenamiento de la producción de las piletas, aunque no se puede descartar su uso como corrales de ganado. 

Piletas: Son 4 estructuras usadas para contener líquido: 

A. De planta rectangular y de pequeñas dimensiones, reformada en la misma época con el resultado de su reducción en tamaño. 

B. Dos piletas asociadas, una en un nivel superior cuadrangular y de grandes dimensiones, en cuyo interior se encuentra una cavidad circular de un tamaño mucho menor. Ésta comunica mediante un canal con otra situada a un nivel inferior de menor tamaño y de planta circular. 

C. De medianas dimensiones y de planta rectangular, con una considerable profundidad y con cavidad de menor tamaño en su interior. Se trata de una pileta para la decantación del aceite asociable a un prelum

El material asociado a estas estructuras es: mucho material cerámico, material metálico (destacando una cuchara en la pileta cuadrangular de mayor tamaño) y monedas. 

La función de estas piletas la interpretamos como estructuras de producción de sustancias líquidas como vino, aceite o garum, sin desdeñar que alguna de ellas se utilizase como cisterna para almacenamiento de agua. (Posiblemente, la más cercana al área habitacional). Las cavidades que se encuentran en el interior de las piletas mayores, podrían ser para que se acumulase en ellas el poso del contenido de la cubeta. 

Posibles vertederos: Se trata de tres escombreras de ánforas de grandes dimensiones:

- Una de ellas, de ánforas PE-16 último cuarto del siglo III a.C.

- La segunda de ánforas RE-0103 (s. VII d.C).

- La tercera de ánforas PE-25 (ss. I-II d.C).

Los pozos.
La separación entre los pozos era de 13 metros y presentaban unas características morfológicas similares. El pozo E-VII (UU.EE. 127 y 128), situado el este, presenta una fosa de un diámetro máximo de 3 metros en la boca, y que se va estrechando a medida que gana profundidad hasta llegar a una cota de 0,98 m.s.n.m en que aflora el nivel freático. El diámetro mínimo llega a ser de 1 metro en el fondo del pozo, a 5,22 metros de la boca.

El relleno que colmata al pozo presenta abundante material cerámico de cronología romano bizantina, así como abundantes huesos de fauna, malacofauna, carbón, material constructivo degradado, gasterópodos y algún fragmento de vidrio. Se trata de un relleno muy heterogéneo, de tonalidad grisácea y matriz limosa.

El pozo E-VI (UU.EE. 125 y 126), presenta una fosa de planta circular, de 1,40 metros de diámetro y una profundidad documentada de 5,12 metros. La excavación se llevó a cabo hasta la cota de 2.02 m.s.n.m, un metro antes de llegar al nivel freático en que se abandonó debido a la dificultad. Presenta planta circular muy regular y sección en U, mientras que el relleno ofrece material cerámico más escaso que el E-VII y caracterizado por la abundancia de cantos rodados de gran calibre así como huesos de fauna.

Los materiales ofrecían un horizonte cronológico que claramente nos remitía al s. VII d.C para su amortización y utilización como escombrera, su explotación es probable que se iniciara con la fase más prístina del yacimiento (el II d.C: obviando las escombreras para referirnos únicamente a los elementos estructurales).

E-VI (UE-126).
Cerámica:
1 borde de ánfora RE-0103b
7 asas ídem.
1 pivote ídem.
5 bordes de jarras RE-0206c.
7 asas ídem.
2 bordes de jarros RE-0314b.
1 borde de cuenco Hayes 93/107 ARSW-D.
1 borde de pátera Hayes 105 ARSW-D.

Fauna:
16 individuos de canis lupus familiaris (perro) [1].
2 felis catus (gato).
1 equino.
1 bóvido.
1 súsido.
1 ovicáprido.


E-VII (UE-128):
Cerámica:
2 bordes de ánfora RE-0103b.
4 asas ídem.
3 pivotes ídem.
1 borde, cuello y asa de jarra RE-0314b.
1 asa jarro RE-0402a.
5 asas horizontales de morteros RE-0902a.
4 bases de mortero RE-0812.
3 asas de jarras RE-0206c.
1 borde de pátera Hayes 105 ARSW-D.
2 de ollas tipo Ramon, 1986: 39, fig. 15-8.

Fauna:
Cráneo completo de bóvido.





Foto general de los pozos.


Pozo E-VI (UU.EE. 125 y 126).

Foto desde el interior de E-VI.

Sección del pozo E-VI.

Pozo E-VII (UU.EE. 127 y 128).


Interior de E-VII, se puede observar el afloramiento del freático.

Sección del pozo E-VII.

Cabeza de bóvido en el interior de E-VII.

Cocinas locales del interior de E-VI

Jarros/as del interior de E-VI.

Formas del ánfora RE-0103 en el interior de E-VI.

Muela volandera de molino de harina manual (E-VI).

Claras africanas D del pozo E-VI.

Reconstrucción de una RE-0103 con las formas del interior de E-VI.

Formas de ánfora RE-0103 del interior de E-VII.

Jarros/as del interior de E-VII.

Morteros de E-VII.

Cocina del interior de E-VII.


[1] Agradecer para el estudio faunístico la colaboración Alex Valenzuela (UIB).








martes, 1 de enero de 2013

Necrópolis des Porxet de sa Joveria (nou hospital de can Misses)

Joan Roig Ribas.

El área de enterramientos, de unos 140m2 de extensión, sumaba un total de 34 tumbas. Las distinguimos en tres tipologías según el ritual: incineraciones primarias (11 busta), secundarias (9) e inhumaciones (8 en cista y 6 en fosa simple). La necrópolis se encontraba contigua, en su vertiente este, a un antiguo camino que separaba sus dos áreas funcionales: la sepulcral y la crematoria. Así, al lado oeste del camino, se detectaron hasta 4 ustrina: emplazamientos donde se realizaban las cremaciones para llevar posteriormente los restos incinerados del finado al área sepulcral; asociamos, pues, estas estructuras a las tumbas de deposición secundaria. 

El abanico cronológico parece prolongarse durante tres o cuatro centurias. Desde inicios del s. I o cambio de Era con respecto a los enterramientos en busta (aunque es muy probable que esta fase se extendiera durante todo el I dC), s. II dC para las incineraciones secundarias y ustrina y ss. III y IV dC para las inhumaciones. Siguiendo este proceso diacrónico, la necrópolis se extendió desde su fase más primitiva de los busta, en el extremo oeste del cementerio y anexos al camino, hasta la más tardía de las inhumaciones en el límite este.

Fotografía general de la necrópolis.

Planimetría.


Supeditando la descripción de los elementos en cuestión a esta taxonomía, a continuación haremos una exposición desglosada de las tumbas estableciendo sus sincronías y diacronías en el marco de un contexto temporal, elaborado desde sus relaciones físicas y los vestigios de cultura material resultantes.

1. Enterramientos en busta: cambio de Era y siglo I dC.
El origen etimológico del término bustum proviene de un acrónimo de la expresión latina bonus ustrum, que vendría a significar buena cremación. Bajo esta voz designamos aquellas incineraciones que podríamos denominar de deposición primaria, es decir, tumbas donde no se realiza un traslado de las cenizas y restos óseos calcinados, sino que el sepulcro se construye in situ. Obedeciendo a este parámetro tipológico encontramos hasta 11 tumbas que corresponden a los números: T-7, 11, 12, 13, 16, 17, 21, 23, 24, 31 y 34.

Bustum T-16.

Bustum T-23.

Ajuar de ungüentarios de T-23.

Bustum T-24.

Ajuar de ungüentarios de T-24.

Bustum T-34.

Detalle del ajuar de T-34.

Ajuar de T-34 después de su reconstrucción.

2. Incineraciones secundarias y ustrina: s. II dC.
Con esta tipología nos referimos a deposiciones de cenizas, normalmente en fosas simples y con tendencia antropomórfica, posteriores a su incineración primaria en ustrinum. La fase englobaba un total de 9 tumbas: T-2, 14, 15, 18, 19, 20, 29, 30 y 32. Se les asociaron 4 ustrina o crematorios: E-30, 34, 56 y 58.

Incineración secundaria T-2.

Hayes 197 utilizada como urna en T-2.

Hayes 197 después de su reconstrucción.

Ustrinum E-34.


3. Inhumaciones en cista y fosa simple: ss. III-IV dC.
Esta fase ritual de la necrópolis englobaba un total de 14 tumbas: 8 eran en cista (T-1, 3, 5, 8, 9, 25, 26 y 27) y 6 en fosa simple (T-4, 6, 10, 22, 28 y 33). Se contabilizaron un total de 4 cenotafios: T-9, 22, 28 y 33. Pero hay que matizar que con este vocablo de origen griego nos queremos referir a su acepción puramente etimológica, a saber: Keno= vacía y thapos= tumba, es decir, aquellos enterramientos que no albergan restos del finado. No podemos otorgarles una significación de monumento funerario en honor a unos restos desaparecidas y/o irrecuperables, ya que la desaparición del esqueleto puede ser debida a factores y causas diversas: por ejemplo a un pH (pondus Hydrogenii o potentia Hydrogenii) altamente ácido de la tierra combinado seguramente con la debilidad de los huesos todavía bajos en calcio de los individuos infantiles (como fue posiblemente los casos de T-22 y 33); el traslado del individuo a un osario; su expolio ... Todas ellas son contingencias que, a día de hoy, son difícilmente escrutables.

T-1.

T-4.

T-8.

T-25