Esta estructura apareció en la plaza de Vila, a unos 2,40m al sureste del orejón del baluarte de Calvi y 0,24m de profundidad respecto del empedrado actual. La cisterna se encontraba muy arrasada, tanto por el rebaje durante la construcción de la fortaleza renacentista como por las numerosas instalaciones de servicios contemporáneas, documentándose una profundidad máxima de 0,92 m.
La cisterna se ubica en el nº1.
La planta era rectangular con orientación de 352º NO-SE: el extremo noroeste era redondeado y el sudeste rectilíneo-oblicuo. La anchura en la parte medial era de 0,98m, siendo en el extremo sureste de 0,95m. La profundidad máxima conservada era de 1,05m. La longitud a nivel de suelo era de 3,72m, llegando hasta 4,14m en su cota más alta. La factura de la cisterna consistía en un recorte sobre el sustrato rocoso revestido con un enlucido de mortero de cal y arcilla beige -con cerámica triturada, calcita y cuarcita- que llegaba a tener en la parte medial de la cisterna un espesor de hasta 8cm, donde se podían apreciar hasta tres capas por sucesivas reparaciones. El fondo tenía una pendiente decreciente en sentido sureste/noroeste, situándose las cotas a 9,11 y 9,03m.s.n.m. respectivamente. La fisonomía de esta cisterna recuerda paralelos arqueológicos excavados durante el mismo año 2009 en Sa Penya [1], y al igual que éstos, su planta hace suponer una sección fusiforme.
Podríamos situar su cronología dentro del periodo tardopúnico (ss. II-I a.C.) con respecto a su etapa constructiva-funcional; datándonos su amortización y fase de escombrera el relleno, donde aparecieron como fósiles directores los bordes de ánforas ebusitanas PE-41, producción local de los tres primeros cuartos del siglo I d.C.
[1] Excavaciones de urgencia en la vivienda Calle Alta 8-10/Vista Alegre 1. Joan Roig Ribas (Quaderns d'Arqueologia Ebusitana 2, Intervencions 2009: 23-34. Consell d'Eivissa, 2010.).